Seguro que no es la primera vez que escuchas eso de que eres el dueño o la dueña de tu vida.

¿Pero te has parado alguna vez a pensar, a tomar conciencia, de que cargo ocupas en ella?

Estamos de acuerdo que la única persona que puede cambiar tu vida, la única persona que tiene poder sobre tu vida eres tú. Ni tu pareja, ni tu madre, ni tus hijos, ni tu jefe…

Otra cosa es que tú quieras cederles el poder a esas personas para que manejen tu vida, pero la realidad, la única verdad, es que ese poder es tuyo, y lo puedes ceder a otras personas pero también lo puedes recuperar en el momento que tú quieras, porque llegamos a la misma conclusión:

El único dueño o la única dueña de tu vida eres TÚ

Con este artículo me gustaría que la gente tomara conciencia, en este caso, que tú tomaras conciencia, de que eres el dueño o la dueña del proyecto más importante que jamás tendrás entre manos, TU VIDA. (Por muy alto directivo de empresa que seas)
Da igual que tu profesión laboral sea dirigir una empresa que facture millones de euros o que seas el conserje, la limpiadora o el chico que se encarga de los recados. Eso no es importante.

Lo verdaderamente importante, es el cargo que ocupas en tu vida, porque puedes ser el dueño de una empresa que factura y gana millones de euros pero ser el chico de los recados en tu vida, y te dedicas a vivir como otra gente te dice que hagas. O por el contrario, puedes ser laboralmente hablando, el chico de los recados pero ser el presidente y dueño total de tu vida y por tanto sentirte pleno y feliz.

Así que ahora tengo una pregunta para ti, una pregunta que quizá nunca te has hecho pero que es muy importante que te hagas y te respondas si realmente quieres una vida feliz:

Siendo el dueño o la dueña del proyecto más importante que tienes y tendrás a lo largo de tu vida, siendo dueño de tu vida, ¿qué puesto te has dado?

  • ¿Eres el Presidente de tu vida?
  • ¿Eres director/a de marketing, de compras, de contabilidad…?
  • ¿Eres tal vez un administrador, un técnico?
  • ¿Eres el botones, el chico de los recados, la limpiadora….?
  • ¿A quién estás dejando el puesto de dirección de tu vida? ¿A tu pareja? ¿A tu trabajo? ¿A tus padres? ¿A tus hijos? ¿A la economía? ¿Al tiempo?

Generalmente dejamos nuestras vidas en manos de las circunstancias, de nuestros miedos, inseguridades, bloqueos, creencias. O en manos de terceras personas, del trabajo, del dinero…

Tomar conciencia de qué puesto ocupas en tu vida te permitirá cambiar esa cesión de poderes que has dado a lo largo de los años a los demás. Tomando conciencia del puesto que ocupas, podrás cambiar las cosas.

Retoma tu control si lo has perdido o se lo has cedido a alguien sin darte cuenta. Recuerda que es tu vida, tú eres el dueño o la dueña y tú debes ser el Presidente.

Recupera tu puesto

  • Tú eres quien debe liderar tu vida
  • Tú eres quien debe tomar las decisiones que consideras mejores para vivir la vida que deseas. No dejes esas decisiones en manos del exterior como generalmente hacemos.

A partir de ahora, deja a un lado la resignación y la queja porque no te servirán de nada para sacar tu proyecto adelante. Trabaja y esfuérzate por superar los bloqueos que tengas, los miedos, las inseguridades.
Cambia aquello que quieras cambiar, porque tu proyecto es tuyo, no de tu pareja, no de tu jefe, no de tus hijos, no de tu vecina. Es solo tuyo y solo tú podrás lograr que tu proyecto, que tu vida, se convierta en lo que realmente deseas vivir.

A partir de ahora, no te dejes llevar por las circunstancias, toma decisiones conscientes de cómo vivir esas circunstancias. No te resignes y retoma el control.

Permíteme darte un último consejo

Como eres el dueño de tu vida, te invito a nombrarte también Director de Innovación. Busca la manera de cambiar aquello que quieres cambiar, busca nuevas formas de superar aquello que te está bloqueando y no te está permitiendo ser quien quieres ser y vivir la vida como deseas.

Tu vida es tuya y es la única que vas a vivir.
Es tu proyecto, es tu mayor reto y solo tú puedes dirigirla como realmente te gustaría hacerlo.

¿Te animas a recuperar el cargo de Presidente de tu vida?

Espero que tu respuesta sea: ¡SÏ!