Este artículo corresponde a la cuarta semana del entrenamiento ¡ADIÓS ESTRÉS!
¿Estás preparad@ para seguir esta semana con tu entrenamiento?
El reto de la semana pasada consistía en no centrarse en el logro de nuestras metas diarias, en cambiar de enfoque y disfrutar del camino.
Al centrarnos en conseguir las metas, en el logro nos pasamos el día con la sensación de ir todo el día a contrarreloj, de tener que llegar a algún sitio como si huyéramos del momento en el que estamos, generándonos esa sensación de ansiedad, de estrés.
Fíjate tus metas pero no te centres únicamente en su logro, disfruta del camino hasta lograrlo… da lo mejor de ti y disfruta.
Si lo consigues… ¡perfecto!
Si no lo consigues, lo peor que te va a ocurrir es que vas a llegar al mismo lugar que corriendo una contrarreloj diaria pero más relajado.
Hoy vamos a ver qué hacer cuando llegas a ese lugar donde las cosas no salen como tú quieres.
Si has realizado el reto de la semana pasada, y continúas practicando todos los días la técnica de la respiración consciente. Seguramente ya habrás notado cambios positivos en tu nivel de estrés.
Te recuerdo que si solo escuchas los vídeos y no los pones en práctica, no notarás ningún cambio en ti. Así que si hasta ahora te has quedado de espectador, te invito a que pases a la acción para disminuir tu nivel de estrés.
Esta semana vamos a dar un paso más y vamos a analizar una de las principales causas de nuestro nivel de estrés.
Analizaremos lo que conocemos como falta de tiempo y qué podemos hacer para no generarnos ansiedad y estrés innecesario cuando las cosas no salen como queremos.
De hecho, algunas persona me han escrito y me han dicho, todo esto que dices está muy bien pero… ¿qué hago con mi agenda?, ¡¡¡Si me falta tiempo por todas partes!!! ¿Cómo me planifico? Nunca consigo hacer nada de lo que me propongo…
Esto no es un entrenamiento de gestión del tiempo, así que no voy a entrar en cómo gestionar el tiempo para ser más productivo o como planificarte. Pero sí me parece fundamental tratar el tema del tiempo porque es una de los principales motivos de estrés de la gran mayoría de personas.
Y te propongo ir un paso más allá en el cambio de enfoque:
¿Sabes que es lo que te genera estrés de esa falta de tiempo que muchos decimos tener
No es el tiempo en si,
No son todos los quehaceres que tienes que realizar,
No es tu planificación?
La una única razón por la que el tiempo o lo que solemos decir la falta de tiempo nos genera estrés es… ¡el rechazo de la realidad!
Gran parte del estrés que acumulamos durante el día se debe a no aceptar las cosas como son.
Todos los días desperdiciamos con frecuencia una gran cantidad de energía oponiéndonos a nuestra realidad y esto nos genera malestar.
El problema es la diferencia entre nuestro ideal de día, el que planificamos, el que queremos tener y el día que realmente ocurre.
Esa diferencia generalmente se traduce en estrés, en malestar, en emociones negativas, frustración, decepción o rabia.
Y se traduce en ese malestar porque, ocurra lo que ocurra en nuestro día, aunque se deba a causas que escapan de nuestro control, nos seguimos aferrando a toda costa a nuestro día ideal, el que habíamos planificado, el que nos habíamos propuesto.
La situación general de la no aceptación es la siguiente:
– Nos fijamos en nuestra cabecita ciertas expectativas (llegar a una hora a un sitio, terminar ciertas tareas, descansar un rato, pesar x kilos… lo que sea)
– Por la razón que sea, no cumplimos con esa expectativa, y ¿qué hacemos? Generalmente machacarnos por aquello que no hemos cumplido, generándonos tensión y malestar.
Y entramos en un bucle de quejas, malestar, frustración, resistencia a la realidad y, de alguna manera, nos autogeneramos una carga negativa, una angustia o malestar innecesario que muchas veces además nos paraliza para mejorar.
Como te contaba en el vídeo de los juicios negativos, este machaque solo hará que generes químicos negativos en tu cuerpo que te harán sentir mal, pero no cambiará tu realidad.
Y… ¡ojo! Que esto no se trata de no querer cumplir con tus objetivos, tus propósitos, o las actividades que quieras realizar. Como decía la semana pasada soy la primera que te invito a planificar tu día pero si no sale como habías planeado y no quieres cargarte de malestar has de cambiar tu enfoque.
¿Qué ocurre si no salen las cosas como quería?
Pues… ¡nada!
No te machaques. Acepta y modifica tus planes. Deja de aferrarte a tu ideal, de aferrarte a lo que querrías haber hecho pero claro no he podido porque han venido muchos clientes, los niños no me han dejado, he perdido la mañana con…. bla bla bla…
Te machacas diciéndote todo lo que no has hecho y porqué. Si te das cuenta, esto tiene relación con el vídeo de la semana pasada donde hablábamos de centrarnos en el logro.
Lo que te propongo es dar lo mejor de ti, disfrutando del camino. Y ¿qué pasa si no consigues todo lo que te has propuesto? Pues ¡nada! ¡No ocurre nada!
Recuerda que tu bienestar no ha de depender del logro.
Si no cumples tu agenda, tus propósitos, tus metas, acéptalo. Y desde la aceptación, busca otras opciones.
Si por la razón que sea no has podido cumplir, tienes 2 opciones:
1. Aferrarte a tu ideal de día, y querer a toda costa realizarlo aun sabiendo que no va a ser posible hoy, poniendo solo el foco en aquello que no puedes realizar por la razón que sea. Con esta alternativa sólo conseguirás generarte malestar, frustración y estrés…
2. O aceptar que no ha podido ser y modificar tu día desde la aceptación de que a veces ocurren cosas ajenas a ti. Modificar, adaptarte y cambiar, desde la tranquilidad.
Está claro que el foco lo has de tener en conseguir tu día ideal (por supuesto que sí), pero si quieres desprenderte del estrés deberás cambiar de enfoque:
1. Por un lado, no obsesionándote únicamente con el logro, con el resultado final y disfrutando del proceso, del camino.
2. Y por otro aceptar que no ha podido ser y modificar, reprogramar, hacer lo que necesites así desde la aceptación de que no ha podido ser.
Este enfoque a la falta de tiempo y la no aceptación y frustración por no cumplir con aquello que nos habíamos propuesto también es un hábito que hemos adquirido.
Nos hemos habituado a ver nuestra realidad desde esa perspectiva generándonos malestar innecesario. Esto lo podemos cambiar adquiriendo otro hábito, modificando nuestro enfoque y centrándonos en aceptar la realidad.
¡Como muchas otras actitudes se trata de entrenarlas!!
Al principio tendrás que hacerlo a conciencia, tendrás que proponerte hacerlo, pero con constancia habrás cambiado de enfoque y lo harás sin darte cuenta.
¿Cuál es el reto de esta semana?
Aceptar aquello que habitualmente rechazas en tu día.
Aceptar que has llegado tarde, aceptar que no has terminado todas las tareas que te habías propuesto, aceptar que no has podido descansar, aceptar que en estos momentos de tu vida pesas x kilos más… ¡¡¡ACEPTAR TU REALIDAD!!!
Es un reto aparentemente sencillo pero pocas veces lo realizamos.
Y ¡¡OJO!! QUE LA ACEPTACIÓN no es RESIGNACIÓN
La aceptación no significa que te tenga que dar igual todo, o que dejes de intentar cambiar aquello que no te gusta, o pasar de todo… por supuesto que no…
Aceptar es situarte en la realidad, situarte en el lado de cómo son las cosas y no en el lado de cómo te gustaría que fueran y no son.
La aceptación te llevará a soltar todo ese malestar y esa tensión innecesaria y desde ahí tendrás mucha más fuerza para actuar de forma adecuada y positiva.
Así que el reto de esta semana es aceptar las cosas tal y como son, sin crear resistencias innecesarias.
Sitúate en tu realidad y no en tu ideal. Y desde tu realidad, modifica, adáptate, varía y cambia aquello que necesites.
Así que… ¡a por ello!
Esta semana continua realizando los ejercicios de respiración consciente, sigue con el reto de poner en duda tus juicios, de disfrutar las cosas que haces y añade este nuevo reto de la ACEPTACIÓN.
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Nos vemos la próxima semana
Un beso,
Nuria