¿Conoces la enorme diferencia que hay entre sentir tus emociones y dejarte arrastrar o secuestrar por ellas?

Si queremos tener una gestión emocional saludable e inteligente, es fundamental que nos permitamos sentir nuestras emociones, que permitamos que el proceso de la emoción evolucione de manera natural y que no lo bloqueemos.

Lo que ocurre cuando intentamos bloquearlo y nos resistimos a ellas es que precisamente las perpetuamos más en nosotros.

Y cuando hablo de permitirnos sentir nuestras emociones, no me refiero a dejarnos arrastrar por ellas. 

Hace unas semanas compartí contigo el vídeo 5 hábitos que perpetúan tus emociones desagradables. Puedes verlo haciendo clic aquí. 

En este vídeo te hablaba de la importancia de permitirnos sentir nuestras emociones para poder gestionarlas de manera saludable e inteligente y poder liberarlas.

Si todavía no has podido ver ese vídeo te invito a hacerlo antes de continuar para tomar conciencia de los 5 hábitos que lejos de permitirnos gestionar de manera saludable nuestras emociones, lo que hacen es que las perpetuemos por más tiempo en nuestras vidas.

Hoy quiero profundizar más contigo en la gestión emocional y quiero hablarte de la diferencia entre sentir una emoción y dejarnos secuestrar por ella. 

Puedes ver el vídeo que he preparado para ti o seguir leyendo si prefieres. 

La clave de la Gestión Emocional: la diferencia entre sentir una emoción y el secuestro emocional 

Hay una diferencia muy grande entre permitirnos sentir nuestras emociones y dejarnos arrastrar por ellas. Y en esta gran diferencia se halla precisamente la clave de la gestión emocional.

Dejarnos atrapar por nuestras emociones significa dejarnos llevar por las sensaciones que sentimos en ese momento. Daniel Goleman, el autor del betseller Inteligencia Emocional, denomina a este hecho secuestro emocional. 

En un secuestro emocional nos identificamos tanto con las sensaciones que estamos experimentando que sin darnos cuenta dejamos que sean ellas las que toman el control, es decir, nos dejamos arrastrar por ellas. 

Erróneamente creemos que esto es permitirnos sentir la emoción, pero en realidad no es así. Esto es dejarnos arrastrar por nuestras emociones, dejarnos dominar por ellas, y no tiene nada que ver con una gestión inteligente y saludable de nuestras emociones. 

Cuando nos dejamos secuestrar, no estamos liberando nuestra emoción,  simplemente la estamos agrandando y prolongando.

En el momento en el que esto ocurre, comienzan a aparecer los juicios, las etiquetas, los pensamientos negativos y repetitivos, los comportamientos y reacciones que lejos de liberar nuestras emociones lo que hacen es acrecentarlas más y más.

Permitirnos sentir nuestras emociones no es dejarnos arrastrar ni secuestrar por ellas, ni tampoco intentar cambiarlas por sensaciones más agradables.

Permitirnos sentir nuestras emociones es permitirnos experimentar esas sensaciones que estamos percibiendo,  ya sea rabia, miedo, tristeza, frustración. 

Es permitirnos estar presentes con ellas, observarlas, respirarlas y sentir lo que allí experimentes sin intentar modificar nada, sin introducir etiquetas, ni tampoco juicios, ni pensamientos: únicamente, permitiéndote sentir aquello que estés sintiendo. 

También debes tratar de evitar arremeter contra tus circunstancias, ni contra nadie, ni por supuesto contra ti. 

Se trata únicamente de permitir que tu emoción sea la que es, tal y como se presente. Y una vez identificada, acompañarte a ti mismo o a ti misma en esas sensaciones, por muy desagradables que las sientas.

Como te contaba en el vídeo de los 5 hábitos que perpetúan tus emociones desagradables, no existen emociones buenas y emociones malas, simplemente existen emociones.  

Por eso para poder gestionarlas de manera saludable e inteligente es necesario que dejes a un lado el rechazo, tus resistencias hacia ellas y que aprendas a abrazar a tus emociones tal y como aparecen.

Cuando lo consigas, cuando te permitas abrazar aquello que sea que sientes y estés experimentando, podrás ser capaz de escuchar a tu emoción y trabajar de una manera más profunda para transcender aquello que hayas de transcender.

El rechazo, la resistencia y la lucha solo perpetuarán esa emoción en ti, y lejos de permitirte avanzar lo que harán es mantenerte bloqueado. 

Es importante que tomes conciencia de que integrar estos cambios en tu vida requieren de práctica por tu parte. Nos hemos pasado la mayor parte de nuestra vida dejándonos arrastrar por nuestras emociones y realizar un cambio y permitirnos sentirlas es un aprendizaje que hemos de adquirir poco a poco y es algo que va a requerir de tu tiempo y tu energía. 

Para que lo entiendas, es como aprender a leer o escribir, o incluso a conducir: no se aprende viendo videos ni es algo que ocurre de la noche a la mañana, se aprende e integra únicamente practicando, practicando y practicando, y requiere de nuestro trabajo personal.

Si quieres descubrir esa forma de relacionarte con tus emociones, pensamientos y circunstancias que te permita conectar con tu serenidad y paz interior te recomiendo leer, incluso estudiar mi libro Despierta, todo empieza en ti, un libro que está ayudando ya a miles de personas a abrir los ojos y a relacionarse desde otro lugar consigo mismo, con la vida y con los demás.

Este libro te permitirá hacer consciente lo inconsciente; comprender muchas de las sensaciones de carencia, insuficiencia e imperfección que experimentas y te permitirá salir, de una vez, de esa gran mentira en la que muchos de nosotros hemos crecido y nos hemos creído y que nos conduce al esfuerzo por ser quienes no somos, a la frustración, a la reacción y al sufrimiento.

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Y Recuerda: Todo empieza en ti