Descubre el Mayor Ladrón de tu Energía y 3 Consejos para Evitarlo
Seguro que ya has escuchado hablar más de una vez de los ladrones de energía.Se refieren a esas personas o cosas que te roban la energía y terminan agotándote mental, emocional e incluso físicamente. De hecho, en mi canal tienes un vídeo donde hablo de 7 de estos ladrones de energía que te interesa conocer. Al final de este artículo te invitaré a verlo para identificar y evitar estos 7 ladrones también. Sin embargo, hay un ladrón de energía del que se habla muy poco, pero sin duda es el peor de todos porque es el que más energía nos roba de entre todos los ladrones de energía que puede haber. ¿Quieres saber cuál es? Pues quédate hasta el final de este artículo porque en él vas a descubrir cuál es en realidad el mayor ladrón de nuestra energía y 3 consejos para evitar caer en él. La mayoría de nosotros hemos oído hablar de los vampiros enérgicos esas personas que no escuchan, que se quejan de todo, personas muy negativas que siempre están en la resistencia, en el juicio o en el rechazo. Estas personas son fáciles de identificar porque son personas que, aunque queramos mucho, solo con empezar a hablar con ellas notas como tu energía cae, empiezas casi de manera automática a encontrarte de bajón. La mayoría de nosotros cuando hablamos de ladrones de energía, automáticamente pensamos en este tipo de personas. Pero existe un ladrón de energía que podríamos llamar de guante blanco que es mucho peor que estas personas porque ni siquiera tomamos consciencia de que lo es. Este ladrón de energía lo tenemos todo el día con nosotros y sin ser conscientes es el que más energía nos roba en realidad. Es nuestro crítico interno. Esa parte de nuestra voz interior que se pasa el día en el juicio, en la exigencia, en la queja, en la búsqueda de la perfección, en la comparación. Esa voz interior que nos dice que no somos suficientes, que deberíamos hacer más, que la vida no debería ser así o asá, que tu pareja o tu jefe no debería ser así… Es esa voz interna que está en continua crítica o rechazo con el mundo exterior o con nosotros mismos. Es posible que se presente en forma de Miedo, con diálogos del tipo… ¿y si mi equivoco?, ¿y si sale mal?, ¿y si se equivoca?, o ¿y si ocurre lo peor?... en forma de perfeccionismo con diálogos del tipo podrías hacerlo mejor, tienes que esforzarte más, te has equivocado otra vez, esfuérzate más, esto no le gustará a nadie… A veces se presenta en forma de culpabilidad, ojalá no hubiera hecho eso o tendría que haber hecho esto otro… en forma de rechazo por lo que sentimos o sienten otras personas, pensamientos del tipo deja de llorar o tienes que ser fuerte o no deberías tener miedo cortando con ello la expresión real de tus emociones y lo que sientes; o juzgando lo que es justo o injusto, [...]